Fui camino a Soria I

Hace dos domingos hice una visita corta a una ciudad pequeñita y con mucho encanto como es Soria. Nunca había pisado suelo soriano y esta fue una oportunidad única para visitarlo y además en buena compañía.

Cuando llegamos a
Soria lo primero que vimos y que es de obligada visita en la ciudad son los restos del viejo monasterios de San Juan de Duero, que perteneció a la Orden militar de los hospitalario de San Juan de Jerusalén y que se levantó allá por el siglo XII. No queda mucho de él pero lo que se mantiene en pie puede decirse que es único. La verdad es que la ciudad está llena de monumentos pertenecientes a distintas órdenes militares, se nota que se trataba de una ciudad de frontera entre reinos. También destacar que sus monjes guerreros y los parajes de alrededor del monasterio son los protagonistas de una de las más fascinantes leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer: "El monte de las ánimas".

Visión del conjunto

Planta del conjunto

El claustro mantiene aún en pie las cuatro crujías que cerraban el claustro por su exterior. Estas se caracterizan por una bella combinación de arcos que van desde los típicos arcos de medio punto, característicos del románico hasta los arcos túmidos, que no tímidos, de origen oriental y que a su vez se entrecruzan en una bellísimo calado como si de una puntilla pétrea se tratara.

Ángulo del claustro.

Lado con arcos de medio punto.


Arcos entrecruzados.

Otro elemento que se conserva en pie y que es algo único es su iglesia, de planta sencilla. Lo que la hace tan especial son sus dos templetes flanqueando el gran arco que separa la nave del presbiterio, elementos de origen oriental que más tienen que ver con el culto ortodoxo.


Cabecera con los templetes.

Gatos guardianes.

Tras esta fascinante visita y después de encontrarme con unos gatos guardianes del lugar, nos dirigimos siguiendo la rivera del río Duero que estaba hermosamente engalanada de los colores del otoño hacia otro de los principales monumentos de la ciudad, la ermita de San Saturio, santo patrón de la ciudad. La ermita se sitúa en un enclave pintoresco y muy romántico (muy del gusto finisecular.) Pero de esta ermita prefiero hablar más extensamente en otro post pues en esta breve visita pude ver varios monumentos de la ciudad.

Ribera del Duero con bañistas improvisado.

Los colores del otoño.

PD: Algunas son fotos mías pero algunas otras de los elementos del monasterio están sacadas de internet.

Comentarios

  1. tu hacia donde vas
    alli me encuentro en la gloria
    que no seeeeeeeeeeenti jamaaaaaas

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  2. Que maravilla de viaje, nunca he estado en Soria y ahora me han entrado ganas:) un abrazo,
    Cris

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  3. Hola, Vane!
    Seguro que fue una escapada chulísima :-)
    Yo he estado en suelo soriano varias veces, de hecho el pueblo de mi abuelo está casi en la frontera, pero nunca he visitado el monasterio que mencionas. Bonitas fotos, ¡con gatos y todo! Si termino viviendo por allí, tendré que ir a visitar la zona.
    Besicos,
    Noe.

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  4. Curioso paraje, será un lugar más de los sitios a visitar o pasar una estancia corta :).

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  5. Qué bonito!!
    Yo no he estado nunca en Soria, pero sí que tengo muchas ganas de ir...
    Me alegra que te gustara y que disfrutaras de la compañía ^^

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  6. ¡Vane, que has ganado El corredor del laberinto! :D (Creo que eres tú la que aparece en la lista, vaya).
    Qué envidia! De la sana ;)

    Nos vemos mañana! :)

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