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Mostrando entradas de julio, 2011

Los tres mosqueteros, bueno los cuatro.

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Quién no conoce la fascinante historia de estos cuatro intrépidos amigos que vivirán juntos mil y un aventuras. La verdad es que como siempre pasa nuestra generación conoce más esta historia a través de la pantalla grande que a través de su original en papel. Y es una lástima porque he tenido oportunidad de leer la maravillosa novela del Señor Alexadre Dumas padre y me ha enganchado de principio a fin. El recurso manejado hábilmente por las series de televisión de dejarte con la miel en los labios es un recurso que ya se destilaba en los folletines del XIX, como el que nos ocupa en el que un episodio servía para desarrollar una historia y comenzar otra de manera que se esperase con ansía el siguiente episodio.   Los tres mosqueteros que en realidad como todo el mundo sabe son cuatro, con ese joven gascón llamado D'Artagnan que se convierte en la voz de cantante de muchas de las historias, son personajes de alma noble pero vividores y caraduras de buen corazón que sobreviven como p

Sin título.

Me acabo de encontrar con este texto, con el cual me siento muy identificada: " Hay muchas personas que superponen los intereses de los demás a los suyos propios. Están atrapadas por la necesidad de agradar a los demás por encima de sus propios intereses. Las personas que les rodean son tan importantes para ellos que es primordial estar a la altura de sus expectativas, aun cuando ellos mismos se vean perjudicados por ello. Es importante agradar a los padres y hermanos, a la mujer y a los hijos, a los compañeros de trabajo, a nuestros jefes, a nuestros vecinos, a nuestros amigos, e incluso a las personas que no conocemos. Nuestros propios intereses pasan a un segundo plano. Nuestros sentimientos y emociones, nuestros deseos no tienen la misma importancia. Entregamos de esta forma nuestra vida a la iniciativa de los demás. Del estado de ánimo de nuestra esposa o del mal humor de nuestro jefe depende nuestro propio estado de ánimo. Nuestra felicidad depende de los demás de mane

Desvarios míos.

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Cosas de la vida, ahora que teníamos fresquito se irá y llegará el aire infernal que viene del desierto o quizás del mismísimo infierno, habrá que ejercitar la mente y pensar que el calor es sólo una sensación irreal que se puede vencer con el mantra: "el bochorno esta en mi mente". Si no me convierto en un charco de agua como uno de los personajes de X-men intentaré dar un poco de más guerra por aquí. Tras un mes de sacrificios he conseguido sacar el teórico de conducir, que ya tocaba puesto que era una de esas metas pendientes en la vida, ahora toca el práctico, bueno después del verano porque ese sí que necesito tomármelo con calma, lástima que aún no estemos "evolucionados" para conducir coches eléctricos porque me hace más poca gracia pensar que voy a tener que depender de ese combustible que vuelve las almas que lo manejan del mismo color, bueno en su color primigenio claro. Estoy pensando en darle un rumbo al blog hacia alguna temática determinada porque